jueves, 10 de julio de 2008

Jaime Abril

A pues fuí a comer con el DonRa y me entere de la noticia, me sorprendió, jamas nos llevamos muy bien, de hecho me corrió para no entrar a la prepa y me fuí a La Salle, afortunadamente, porque ya estaba harto de esos años del cristobal, como del 82 al 94, pero en fin, recuerdo bien que Mijares amaba la montaña y pues que suerte y que gusto para el, que aunque fué tragico el final, pues sucedió haciendo lo que el mas disfrutaba.un saludo a mis compañeros del Cristobal y La Salle Boulevares y me da mucho gusto ver que nuestras generaciones son actualmente muy triunfadoras, tenemos varios politicos, hasta diputados, artistas, Sanchiz anda en la radio, etc, etc, hay que seguir triunfando,,, Suerte

6 comentarios:

Francisco Hernández dijo...

¡Qué gusto le va a dar al Hermano Mijares! Pensé mientras hace un año

busqué infructuosamente por internet y otras vías a quien en 1973 me tutoró

segundo de secundaria.

Había hecho una serie de descubrimientos que —como todo a él— le

apasionaría. Quería entregarle la cabal respuesta a la pregunta que en alta voz

se hiciera al dictarnos su conferencia sobre la Sábana Santa: ¿Por qué si en el

Sudario de Turín han quedado grabadas todas las huellas de la Pasión, Muerte

y Resurrección del Señor, no las hay de la manipulación al cadáver?

Sin saberlo entonces, mi amado maestro lasallista había lanzado la pregunta

de investigación que, inesperadamente, resolvería 34 años después: Jesús no

fue tocado. ¿Por qué? Porque al ser condenado por blasfemia quedaba impuro

para los judíos. ¿Cómo se le bajo entonces? Con un arnés y una venda atados a

un palo dispuesto frente al crucificado, con el cual se le trasladó como a presa

mayor, a hombro de dos portantes. ¿Y en la tumba? Se le bajó sobre la sábana

previamente mojada en mirra y áloe para que de ésta pasara al cuerpo sin

necesidad de tocarlo.

Esa era la respuesta, pero no había pruebas; hacia 1999 me conformé con

haber resuelto el enigma, pero ya obraba en mis manos lo que configuraría la

herramienta óptima para hacer el descubrimiento: dos fotos misteriosas de

Jesús que me habían regalado en 1982 y en 1998. En una búsqueda de

imágenes por internet para ilustrar un artículo hallé otra, luego cuatro mas;

entonces me dí cuenta de que todas coincidían en el perfil del rostro. Por un

mes hice una búsqueda intensiva con la que completé catorce diferentes fotos

con esa singularidad.

En la mayoría el registro de luz diluía los razgos sutiles. Consideré que si las

reunía podría recuperar la sutileza de razgos y de color, sin retoque. No me

equivoqué. Resultó un rostro tan nítido que lo comparé con el de la Sábana

Santa. La coincidencia fue perfecta.

Divagaba sobre el significado de tal prodigio cuando retorné al Sudario de

Oviedo –luego de que me decepcionara la "falta" de imagen–, al leer el

reporte de la investigación oficial y dudar de sus conclusiones. Para verificar

no había más que hacer lo que había hecho con la fotocomposición y la

Sábana Santa. Entonces los descubrimientos se siguieron en cascada.

Ante mí surgió el Rostro Pasionario del Siervo de Yahvéh. Las huellas del

retiro de la corona de espinas, del desprendimiento, del traslado, del cerrarle

cada ojo y de la limpieza final al Rostro. El Sudario de Oviedo es el Velo de

la Verónica, y sirvió de auxiliar en todo el proceso funerario, para no tocarlo.

Los cotejos de huellas me llevaron de nuevo a la Sábana Santa, sobre la que se

multiplicaron los descubrimientos que explicaban mejor los hallazgos de las

diferentes investigaciones y los hoyos en los Evangelios, desembocando en el

de la certificación imperial y el principalísimo papel que jugó Verónica en la

preservación de los Testigos de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.

Eso le quería compartir a Manuel Mijares, pero él se preparaba a entregar su

alma a su mayor pasión: Dios. Lo busqué un año después y me hallé con su

partida. En espera de su resurrección les comparto: http://santafaz.info

asdrubal abarca dijo...

dios te guarde hermano y ojala alla no tengas reglas para romperselas en el trasero

LE ACOSTA dijo...

Bendiciones

MAVU dijo...

Creo que nadie ha hecho un comentario en 2015 acerca de Don Manuel María Mijares Ferreiro, tal vez lo estemos olvidando, espero que eso no suceda, por eso aquí les dejo este.

Yo conocí al Señor Mijares (alias Popeye, El Trompas o Cara Chueca para los alumnos de secundaria) en el Colegio Cristóbal Colón de Lomas Verdes en 1984.

Para mí fue como conocer a un auténtico Nazi, era un sujeto con voz de mando, de cabello rubio con anteojos obscuros y una especie de capa o abrigo de corte militar en color gris, con una cruz de hierro colgada sobre el pectoral izquierdo.

En los días subsecuentes fui conociendo su particular forma de enseñanza, que ya para esos años era considerada por muchos como retrograda y antipedagógica. Sin embargo mis padres la aprobaron y apoyaron, y así como veo el actual sistema educativo mexicano y a ese montón de insectos (expresión que también usaba el Señor Mijares) que se dicen maestros, no puedo hacer menos que aplaudir la decisión de mis padres y las enseñanzas del Señor Mijares, quien todavía aplicaba la máxima: “la letra con sangre entra”. Política que en general apoyaba el equipo que en esa época conformaba al CCC.

MAVU dijo...

He leído casi todos los comentarios, tantas frases y recuerdos, muchos acertados, otros algo deformados por el tiempo y la falla de memoria, como el comentario del compañero Alejandro Sánchez Monjaraz alias Chita, quien dijo que la primer pelea de box organizada por el Señor Mijares fue la suya con el compañero Humberto (Beto) Morán Bracamontes, lo cual es incorrecto, la de ellos fue la segunda o tercera pelea. Que por otra parte jamás entendí porque se pelearon, siempre creí que eran grandes amigos.

No recuerdo el nombre de los compañeros que estelarizaron la primer pelea, pero no fueron ni Alejandro ni Humberto, lo que si recuerdo perfectamente, es que la última pelea no regulada dentro de la escuela y que fue la gota que derramó el vaso, fue la mía con el compañero Esli en la tienda de la escuela. Esli, que por cierto me caía muy bien, me saco a la mala de la fila de la tienda y por eso nos dimos un breve agarrón ahí mismo, como suele suceder en esos casos, varios compañeros con alma de policías o tal vez de filisteos, nos llevaron entre varios con el Director de Disciplina que era el Señor Javier Villanueva Chávez alias El Negro, y como no estaba, nos trasladaron con el Director Académico, que era el multi mencionado Señor Mijares, creo que tanto Esli como yo sabíamos que el castigo sería peor para nosotros, al menos yo, esperaba muchas planas de ortografía o algunos varazos, pero curiosamente el Señor Mijares solo movió la cabeza, nos regañó levemente y nos mandó a clase, al día siguiente, formados en las filas antes de entrar a los salones, el Señor Mijares arriba de la periquera, anuncio con su megáfono entre otras cosas, el inicio de las peleas de box, y dijo que si algunos de nosotros teníamos diferencias que quisiéramos arreglar, que lo buscáramos y que si él consideraba que estábamos más o menos del vuelo (supongo que esto lo dijo porque Esli era más alto y fuerte que yo), nos organizaría nuestra pelea, que por cierto se iniciaron a la salida de clases a un costado de la periquera y duraban solo 3 rounds de un minuto cada uno.

En fin entre estas tantas anécdotas recuerdo una frase que nadie ha mencionado y que me saltó a la mente en cuanto me entere de las circunstancias del fallecimiento de este gran hombre que fue el Hermano Mijares.

El solía pasar todas las mañanas a revisar salón por salón, y cuando encontraba algún salón con las ventanas cerradas, nos ordenaba que las abriéramos, no faltaba quien reclamaba y decía que hacia frio, especialmente en época invernal, y el Señor Mijares contestaba, “MAS VALE MORIR CONGELADO QUE MORIR APESTADO”.

Así que no puedo dejar de coincidir con muchos, en el sentido de que Dios premio al Hermano Mijares llamándole junto a Él al realizar la actividad que tal vez mas amaba junto con la docencia y viviendo una de las máximas que repetía casi diario.

La última vez que lo vi fue allá por 1997, al parecer ya había dejado a los Lasallistas, me lo encontré en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, de donde egrese como Licenciado en Derecho, nos saludamos cordialmente y si pudiera hablar con él otra vez, yo también le diría, los maestros que deseo para mis hijos son maestros como tú.

MAVU dijo...

Y también le diría, Maestro, hoy cumple un mes de vida mi hija Amalia, quien seguramente no estaría aquí si no hubiera tenido maestros de tan alto compromiso como Usted.