viernes, 9 de noviembre de 2007

Juan Carlos De la Peña.

Manuel Mijares,
Mi primera experiencia con Manuel Mijares, fue en la secundaria del CCC. Al estar formado y medio distraído un día Lunes en “honores a la bandera”, esperábamos a que un gran ex-director de primaria, Juan Bosco (Otro gran ejemplo, que dejó su vida cómoda por ayudar a los más necesitados), diera un discurso en guaraches para ayudar a las personas de la cierra. Un golpe seco alcanzó mi hombro, todo el grupo buscaba organizarse ante la presencia de un hombre fuerte; alineaba la fila con puño al frente, sin moverlo, recorriendo el espacio adyacente a gran velocidad y deteniéndose solo ante los hombros desafortunados que estaban distraídos, como el mío, cuando me alivie del dolor una sonrisa y una mirada azul profunda se posaba sobre mi amenazante, esa mirada adusta me persiguió toda la secundaria. A 24 años de este recuerdo, me quedo estupefacto de lo que este hombre influyó en mi vida: Soy Ingeniero gracias al amor que me indujo por las Matemáticas, Amo la cultura y me alimento literalmente de libros para seguir respondiéndome las preguntas que despertó con sus cuestionarios, Amo la naturaleza y la montaña casi tanto como él, hago deporte para mantenerme fuerte, y lucho todos los días contra mis demonios, Soy padre de dos pequeños y busco formarlos de mente, cuerpo y espíritu como él lo hizo conmigo, alguna vez se me ocurrió pensar que no podría escapar de la influencia de este singular hombre, pero ahora me consuela el saber que su espíritu nos acompañará a todos sus alumnos, probablemente con la “Gertrudis” en mano, seguirá persiguiéndonos a todos, hasta que entremos con él al Reino de Nuestro Señor Jesucristo y podamos repetir con lagrimas en los ojos y más comprensión: ¡Gracias Señor, por corregirme!
¡En horabuena Manuel, es hora saborear la cima, el camino y el esfuerzo ha terminado!

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